Las Interferencias: 2014

sábado, 20 de diciembre de 2014

Equilibrio

El ser humano, para vivir con salud, tiene que tener un equilibrio entre su sistema de "lucha o huida", el del combate, el del stress, el de enfrentar el problema o salir corriendo cuando es imposible luchar, y el sistema de "calma y contacto", el del placer, el contacto humano, de la relajación, ya sea a través de la danza, el masaje, la sexualidad, contemplar un amanecer en plena Naturaleza...

El combate durante las 24 horas del día lleva a la enfermedad y la autodestrucción. La búsqueda del placer constante también termina siendo algo enfermizo, porque se evita confrontar los problemas y las injusticias a través de la evasión.

No creo que la vida tenga que ser un perpetuo combate porque eso equivaldría a morir al primer golpe y un luchador tiene que estar fuerte y sano para vencer. Normalmente, en el mundo del activismo, la salud de muchas personas se resiente de tanto pelear en batallas parciales... Por otro lado, en el mundo de la evasión se encuentra a muchas personas que prefieren vivir en una burbuja a enfrentar los problemas de nuestro tiempo para no sufrir. Creo que es necesario intentar equilibrar ambas tendencias aunque reconozco que es bastante complicado. Equilibrar la lucha y la calma, las tendencias de separación y de unión.

Una lectura recomendable sobre estos temas: Kerstin Uvnäs Moberg "Oxitocina. La hormona de la calma, el amor y la sanación"

ACTUALIZO: Veo necesario añadir algunas aportaciones sobre la idea de "equilibrio" que me han parecido relevantes de la bioquímica Natalia López Moratalla (min 9.10 de este video. Es una pena que el irrespetuoso entrevistador no deje de interrumpirla): "un ser vivo tiene que estar constantemente creando asimetrías", "el equilibrio es la muerte, equilibrarse, serenarse, es morirse", "la vida tiene que estar continuamente sacando energía de ese intercambio con el medio", "todos nos intercambiamos con el medio y eso es lo que nos permite estar alejados del equilibrio".

Y esta otra cita del psicólogo humanista Carl Rogers, del libro "El camino del ser": "Descubro cada vez más que estar vivo implica arriesgarse, actuar sin una certeza absoluta, comprometerse con la vida.
Esto produce cambios y, para mí, el proceso de esos cambios es la vida. Me doy cuenta de que si fuera estable, prudente y estático viviría en la muerte. Por consiguiente acepto la confusión, la incertidumbre, el miedo y los altibajos emocionales, porque ése es el precio que estoy dispuesto a pagar por una vida fluida, perpleja y excitante".

jueves, 18 de diciembre de 2014

"Antonia Maymon: anarquista, maestra, naturista". Reflexiones sobre sus artículos sobre feminismo

Hoy rescato diferentes artículos de Antonia Maymon sobre feminismo tomados del libro "Antonia Maymón. Anarquista, maestra, naturista" de Mª Carmen Agulló Díaz y Mª Pilar Molina Beneyto (el texto está publicado por la editorial Virus y se puede descargar aquí).

Además de maestra, Antonia Maymon fue madre de dos hijos adoptados, Manuel y Violeta. Y hablo de su maternidad porque para ella es el destino natural de la mujer, el de madre consciente educadora de las nuevas generaciones guiada por la "maternología y la puericultura". A pesar de que discrepo y matizaría muchísimo todo esto creo que es interesante que se oigan voces de mujeres anarquistas que valoraban la maternidad y los cuidados de los niños y niñas, que promovían el compañerismo y la lucha codo con codo con los hombres como compañeros.

El concepto mismo de "maternología" del que habla me parece un tanto terrorífico, ya que implica que la maternidad, la crianza y los cuidados en general son una ciencia con un corpus teórico de dogmas, teorías, métodos y prácticas. Aunque por otro lado... ¿Acaso no ha terminado convertido en eso finalmente? ¿Acaso no hay gente que afirma que practica la forma de criar "X" o "Z", algo que consideraríamos impensable al hablar del tipo de amor que profesamos en una relación erótica o amistosa? Por ejemplo, todavía no he oído a nadie decir "amo a mi pareja con apego" o "con mi amigo practicamos el método X de mantenimiento de hábitos saludables en la amistad", sin embargo si se oyen afirmaciones similares en cuanto a los estilos de criar a los hijos.

No se puede negar su lucidez al hablar sobre la maternidad como un elemento que marca nuestras vidas como hijos de por vida, para bien y para mal. Esa influencia se siente de forma muy diferente a como se vive la paternidad, igual de importante pero con sus características propias. Los bebés se gestan dentro de las madres (todavía...) y después, aunque hoy en día sea una rareza, pasan otros tantos meses en simbiosis con ellas, influenciándose y comunicándose mutuamente a través de la lactancia materna en un plano que unifica el cuerpo y la mente. Podría dar varios ejemplos de esta simbiosis pero uno de ellos podría ser el de que la lactancia temprana, nada más nacer, provoca contracciones uterinas que facilitan la expulsión de la placenta (importante para prevenir retenciones y hemorragias peligrosas). Hoy esa relación se sustituye por oxitocina artificial. Otro ejemplo de simbiosis podría ser la anovulación y amenorrea (falta de regla) de una duración variable en cada mujer que provoca la lactancia materna exclusiva, a demanda, sin chupetes ni horarios prefijados. Esto a su vez disminuye el número de papeletas de tener diferentes cánceres reproductivos (ovario, mama y endometrio) y ejerce de anticonceptivo natural. Podríamos hablar de otras tantas influencias mutuas entre el bebé y la mamá, por supuesto también en las madres que dan el biberón como si fuera el pecho, pero prefiero volver al texto que nos ocupa.

En los artículos de Maymon los cuidados maternales son considerados la base de toda revolución, más importantes que el voto o que adquirir derechos legales. Además, se consideran los problemas de los hombres como problemas de las mujeres y viceversa. Como Federica Montseny, ella también se autodenomina humanista en lugar de feminista. En ese sentido, ambas tienen un punto de vista holístico, global e integral sobre la realidad, lo que sí podría suponer una mirada que no ha perdido actualidad, ahora que la ciencia se reconcilia con lo humano y mamífero en obstetras como Michel Odent dentro del campo del parto o la psicóloga Heidelise Als dentro del campo de los cuidados de los bebés prematuros. Por supuesto, en este cambio de paradigma, poco aportan las visiones fragmentadas y parciales, como las del feminismo. En este sentido, esta corriente de pensamiento se encuentra totalmente obsoleta tanto en sus versiones más posmodernas, supuestamente radicales y subversivas, como en las más institucionales. Como la corriente tecnocrática que consideraba al bebé prematuro un objeto en el que intervenir, sin calidez en los cuidados, sin observar sus necesidades, sin escuchar qué estaba expresando con su lenguaje corporal, dejando de lado a la madre, al padre... de esta misma forma el feminismo actual ha perdido el tren. No escucha, no observa sin apriorismos ni teorías previas y descontextualiza a la "mujer" y al "hombre" aislándolos del ecosistema en el que viven. Solamente se mantienen en pie sus ideas gracias a la intervención estatal (desde la ONU y el USAid a las administraciones estatales, regionales y locales) y sus subvenciones directas e indirectas, a través de la publicidad en todo tipo de medios de comunicación. Los grupos no subvencionados o autónomos, minoritarios y casi inexistentes, repiten muchas de las consignas de las otras, en un diálogo tautológico y circular que se justifica a sí mismo. Desgraciadamente, todos los "desviamientos" del feminismo que Antonia Maymon de forma profética veía venir se han cumplido.

La frase "la natura la creó para madre y compañera del hombre", en voz de una anarquista naturista creo que hoy en día puede tener una resonancia diferente. ¿Está diciendo que todas las mujeres debemos ser madres? Bueno, ella misma no lo fue en un sentido biológico sino adoptivo. ¿Está diciendo que no deberíamos trabajar? Bueno, ella misma fue maestra y escritora. ¿Está diciendo acaso que toda mujer necesita a un hombre a su lado como pareja? Yo creo que no. No sé a lo que ella se refería exactamente, quizás se pueda entender en un sentido mucho más amplio. Toda mujer, independientemente de orientaciones sexuales o deseo o no de tener pareja masculina, vive en un mundo con hombres que, en principio y hasta que se demuestre lo contrario (y no al revés) son compañeros, ya sea como amigos, hermanos, padres... Y es evidente que en la Naturaleza, como animales que somos, nuestros cuerpos están diseñados como madres potenciales a nivel biológico, lo que no quiere decir que queramos o que tengamos que desearlo o que incluso deseándolo no debamos autoreprimir ese deseo en determinadas circunstancias.

Sin embargo, de lo que estoy radicalmente en contra es de lo que afirma en la frase: "Pero la mujer, como madre y como conservadora del fuego sagrado del amor, no puede intervenir en la vida pública como el hombre". ¿Se refiere a una descripción de la realidad de su época o a una afirmación válida para todo tiempo y lugar? Si es así, se trata de algo que habrá que demostrar y analizar. Yo creo que es un prejuicio y que no tendría que ser así, es simplemente una barrera que las mujeres que sí queremos ser madres y que sí queremos intervenir en la vida pública no nos hemos atrevido a saltar (como veis, no hablo de barreras impuestas por otros ni de victimismo sino de libertad y responsabilidad...).

Actualmente las madres con bebés pequeños para intervenir en la vida pública tienen que dejar a sus hijos con otras personas de forma temporal. Quizás llevar a los bebés a las asambleas, a los lugares de decisión y a los trabajos sí sea algo muy revolucionario, la revolución pendiente que rehumanice lo "público", visibilice la crianza y otorgue un valor a la presencia de los niños en la sociedad. Quizás sea la revolución que implique también crecer y aprender de primera mano lo que es el mundo, sin tener que estudiarlo solamente en los libros y en las aulas. Yo estoy deseando ver a una presentadora de telediario o a una cajera de supermercado con su bebé, (aunque esto no haga mejores ni peores estos trabajos, como bien sabe la eurodiputada italiana Licia Ronzulli del partido de Berlusconi). Y si cae la productividad, señores y señoras, se siente mucho, la vida, la VIDA debe tener otros ritmos que no sean los marcados por la caja registradora o el reloj de la Oficina de Pesos y Medidas de París. Por supuesto, sin caer en un nuevo dogma de "tener que" llevar al bebé a todas partes. Siempre habrá profesiones y tareas que por sus características o implicaciones de seguridad o concentración extrema tengan que excluir a los bebés y niños. Siempre habrá momentos y lugares en los que sencillamente ni se quiera ni se pueda llevar a los hijos.

Mujer amamantando a su hijo mientras escucha un discurso político cerca de Badajoz, Extremadura, 1936. © Estate of David Seymour / Magnum International Center of Photography.

"PARIS—A photo researcher at work, 1982." © Martine Franck / Magnum Photos"


Licia Ronzulli y su hija Vittoria

 ¿Puede la mujer ser el sostén de ella misma, no ser mantenida por un hombre, y a la vez dedicarse a la educación de las generaciones futuras de hombres y mujeres? ¿Debe ser tarea exclusiva de la mujer educar a los niños y niñas? En mi opinión, Antonia Maymon está totalmente equivocada en este asunto y pierde toda la perspectiva global que parecía tener en el resto de artículos. Los niños absorven como esponjas todas las relaciones y estímulos que reciben y, a pesar de que creo que la madre es fundamental, sobre todo los primeros meses, también lo es el padre y toda la familia y red extensa de relaciones que deberíamos tener a nuestro alrededor y no tenemos (de ahí el famoso libro de Carolina del Olmo, "¿Dónde está mi tribu?", aunque también podría haberse escrito otro que se llamase "¿Dónde está mi familia extensa y mis redes sociales? Repartidas por el extraradio de la gran ciudad, otras provincias y el extranjero..."). Bien al contrario, cada vez estamos más solos. En resumen, Antonia Maymon dice cosas interesantes y otras que están cargadas de prejuicios y conducen a un callejón sin salida. Es una pena pero muchas de sus afirmaciones se han quedado en otra época, con kilos de polvo encima y sin actualización posible, como el feminismo del que habla. Ser una madre aislada junto a un bebé o un niño entre cuatro paredes y sin redes sociales puede ser tan alienante como el peor de los trabajos asalariados de fábrica. Ser una madre aislada entre las cuatro paredes de la oficina, echando de menos a un bebé y sin ver crecer a un hijo por horarios y trabajos absurdos también lo es. Caminemos hacia una mayor diversidad de opciones, pero advierto que ese camino no va a ser fácil y habrá que echarle mucho valor para cambiar las cosas, mucho más cuando el capitalismo mundial está en plena reestructuración y no sabemos si nos espera un modelo de producción de estilo Foxconn o un modelo de miseria en el que ya ni siquiera tengamos valor ni como productores ni como consumidores. A ver si de una vez logramos cambiar la visión y la estrategia y dejamos de ser objetos, dejamos de depender de lo que otros planeen para nosotros, y nos convertimos en sujetos activos de nuestra propia historia.

Me quedo con lo que sí es válido y actual del pensamiento de Antonia Maymon y deshecho lo que creo que ya no vale ni para comprender la sociedad actual ni para cambiarla. Como nota "curiosa" la wikipedia la destaca como "incipiente feminista", nada más lejos de la realidad, como veremos a continuación. Dejemos hablar a sus textos:

Feminismo (1) - Pg. 252

El señor «Cahítos», en El Socialista, se dedica preferentemente a la propaganda femenina. Esto nos parece muy bien, ya que estamos convencidos de que la mujer es un factor importantísimo en la lucha social; pero — siempre hay un pero para los que vivimos la verdadera realidad de esta pícara sociedad— encontramos su propaganda a veces algo insincera.

La mujer en Cataluña, especialmente en Barcelona, ha sido la que más ha seguido los incidentes de la lucha social, sin que haya estado guiada por una verdadera consciencia en las luchas sindicales. Ya por ser la región más industriosa o ya porque las reivindicaciones proletarias tienen más incremento en dicha población, lo cierto es que en Barcelona la obrera, si no era la verdadera compañera del proletario, fue su colaboradora mucho más asidua y constante que en el resto de la Península.

Ahora bien, dicho señor se lamenta precisamente de lo contrario. En uno de sus artículos, se queja de la apatía de la mujer catalana, en general, y de la barcelonesa, en particular, por lo cual, según el articulista, en esta región no disfrutan las mujeres de algunas mejoras conseguidas por sus hermanas de otras regiones.

 Confieso mi ignorancia; pero no conozco ninguna ventaja positiva ganada por las mujeres, ni tengo ninguna noticia de que en alguna provincia exista una agrupación femenina que, conscientemente, labore por el verdadero progreso. Hasta ahora en España, se ha hecho muy poquito en este sentido y el verdadero feminismo está tan escasamente representado que apenas alguna individualidad puede llamarse genuina representación del verdadero derecho femenino.

La mujer, considerada como obrera, tan mal considerada está en Cataluña como en el resto de la Península, y, aunque en algunos puntos existan agrupaciones femeninas numerosas, poco es el resultado positivo conseguido por ellas, ya que no saben encauzar el movimiento que empieza a iniciarse en España a favor de la mujer y del niño.

Va desapareciendo el concepto arcaico que de la fémina y del infante se tenía y, frente a la degeneración presente, se empieza a vislumbrar que con mujeres tan ignorantes como las actuales y con generaciones tan raquíticas de cuerpo y mente como las venideras, si se sigue por el camino trillado por nuestros antepasados, vamos a un abismo. Mas los remedios hasta ahora iniciados no responden a la trascendencia del problema.

Las unas, como las presentadas de modelo por «Cahítos», todo lo esperan de la ley y desean competir con los hombres en la elaboración de leyes protectoras, como si la mentalidad y la conciencia se pudieran adquirir de reaborden , mientras otras hacen del feminismo una bandera de frivolidad y ligereza, como si la mujer hubiera venido al mundo para pintarse y ser una muñeca de adorno.

De todas estas equivocaciones surgirá el verdadero feminismo, cuando la mujer comprenda su verdadera misión, que no será feminismo sino humanismo, ya que el problema no es de la mujer ni del hombre, si no de la humanidad toda. Y, si queremos especializarlo más, de maternidad, ya que de la madre depende el porvenir de las futuras generaciones. Tanto es así que en el extranjero se ha emprendido una campaña a favor de la puericultura y la maternología, de la cual debiéramos preocuparnos más que del voto y de conquistar los mismos derechos que el hombre.

Entre tanto, déjese el señor «Cahítos» de cantar las ventajas conseguidas por ciertas provincias en el feminismo. Sabemos perfectamente cuáles son y adónde van a parar: a la cuestión política y, francamente, la han desacreditado bastante los hombres para que nos entusiasmemos con ella las mujeres.

Acción Social Obrera . Órgano de los sindicatos de la provincia de Gerona adheridos a la CNT de Sant Feliu de Guíxols , año VIII, n.º 426, 10 de julio de 1926.

 Feminismo (2)

Va tomando incremento este asunto: son ya muchas las mujeres que se preocupan de ello y, como necesariamente tenía que suceder, hay tantos feminismos como escritoras.

Sin embargo, hay que hacer honrosas excepciones. Compañeras hay que en esta cuestión demuestran un criterio excelente, pero son aquellas que antes del feminismo se preocuparon del problema humano, eje principal alrededor del cual giran todas las reivindicaciones.

Yo no soy feminista; nunca lo fui y muchas veces he hecho ya esta declaración. No obstante, empieza a preocuparme el feminismo, porque empieza a manifestarse en la mujer un sentimiento de preocupación de su significación social y está muy expuesto que sufra desviaciones lamentables.

 En la resolución del problema humano no pueden estar separados los factores hombre y mujer; que ésta ocupe lugares inferiores al de aquél y que el hombre se haya convertido en un tirano de su compañera es la consecuencia de las injusticias sociales, creadas y sostenidas al amparo de nuestra ignorancia y cobardía.

El feminismo implica masculinismo y lo único que faltaba, en el actual caos social, es que la mujer, al querer reivindicar sus derechos, se colocara enfrente del hombre, en actitud hostil, y que éste se mofara y hasta se preparara a combatirla en éste, su resurgimiento social.

Que esto podría ocurrir, lo demuestran las varias escritoras que, al ocuparse del feminismo, lo hacen a base de presentar al hombre como a un tirano a quien hay que combatir sañudamente, y se afanan en justificar que la mujer vale tanto como el hombre —algo que ya ha demostrado en ciencias, artes y literatura—.

Otra de las causas que hacen temer un desviamiento es su intromisión en la política, que, si nefasta ha sido dirigida por el hombre, será un arma de dos filos en manos de la mujer, que haría de sí misma su primera víctima.

En España, el feminismo ya ha tenido en un ayuntamiento su representación, en una procesión, en la persona de una joven y culta concejala. Y esto, que ha sido causa de satisfacción para la mayoría de las feministas, es causa de honda pena para las que no lo somos y vemos en la mujer un algo tan delicado y exquisito, que junto con el hombre ha de luchar sin tregua ni descanso por la desaparición de las injusticias sociales y el reconocimiento de la verdadera justicia.

Desengáñense hombres y mujeres: ni existe la inferioridad de uno ni otro sexo, ni la tiranía del hombre sobre la mujer. Ambos tienen una misión que cumplir y la naturaleza ha marcado perfectamente los derechos y deberes de ambos, que, esclavos de su respectiva ignorancia, han vulnerado las leyes naturales y con ello creado una vida artificial que urge destruir, si queremos que cada uno ocupe su lugar y cumpla su misión.

Antes de ser la mujer esclava del hombre, es su propia esclava; los atavismos y prejuicios que pesan sobre ella la han hecho ocupar un lugar secundario, del que está obligada a salir por su propio esfuerzo, pues si se ha repetido hasta la saciedad que la emancipación de los trabajadores tiene que ser obra de los trabajadores mismos, la emancipación de la mujer tiene que ser obra de sí misma, de la completa conquista de su sexo y de saber ser mujer completa para poder conquistar su puesto en la vida.

Al emprender la lucha de reivindicación femenina, la mujer debe tener sumo cuidado de no perder ninguna de las características de su sexo, sin deslumbrarse con conquistas masculinas, que muchas de ellas son producto de un estado social caótico y degenerado. Y debe tener en cuenta que la natura la creó para madre y compañera del hombre. Si en la actualidad existen antagonismos, si el hombre comete injusticias y tropelías con quien debe considerar como complemento indispensable de su vida, culpa es de todos, que mal educados y peor dirigidos, hacen de la vida una lucha, en lugar de embellecerla.

Como es un tema de interesante actualidad, prometo ocuparme otras veces de él.

Generación Consciente , n.º 36, agosto de 1926, pp. 172-173.

 Feminismo (3) 

Diferentes opiniones ha habido referentes al libro de Gina Lombroso, El alma de la mujer. No es de extrañar, ya que muy pocas cosas están exentas de faltas y de bellezas y, mientras unos ven las primeras, otros aprecian las segundas. Yo, que soy bastante lega para criticar, encuentro en él algunos defectos y bastantes páginas encantadoras y selectas.

 Lo que más acerbamente fue juzgado por la joven y conocida escritora Federica Montseny es el criterio sustentado por la autora de la dependencia moral de la mujer al hombre. Hay que seguir al movimiento feminista, para saber que casi todas las mujeres tienen el mismo concepto de su sexo; y hay que juzgar desapasionadamente, para no dejarse influir por esta apreciación que, pugnando con nuestro punto de vista, nos haga rechazar en conjunto un libro que puede tener excelentes detalles.

Son muy contadas las mujeres que, en sus relaciones amorosas, no vean al hombre como un sostén moral, en el cual han de apoyarse durante su vida. Son tantas las causas que han contribuido a la formación de esta creencia que sería necio pensar en su pronta desaparición. El independizar el amor de la parte material es una gran conquista para su elevación moral —la conquista más importante si queremos librarlo de la prostitución, que resulta de su venta, más o menos legal— y bastante difícil en una sociedad que coloca a la mujer en tan desfavorables condiciones.

Hay que propagar la completa y absoluta libertad en las cuestiones amorosas, pero sin apartar la vista del presente, para ir desbrozando los obstáculos que la mujer encuentre en su camino de emancipación. Hoy la mujer se gana la vida con más facilidad, pero está esperando al hombre que la libre de la esclavitud del trabajo y es porque éste es hoy impropio e inadecuado para la mujer, y ésta sólo lo acepta transitoriamente, hasta su casamiento, finalidad que continúa siendo para ella la aspiración suprema.

Y es que el trabajo hoy no puede satisfacer ni a uno ni a otro sexo. Si las mujeres hubiesen sido las que se hubieran apoderado de la política y la cuestión económica, serían hoy las que protestarían por la desigualdad social, mientras que los hombres buscarían el arrimo a la mujer para solucionar su porvenir; solución que en realidad no es tal, ya que las circunstancias también obligan a la mujer, después de casada, a trabajar para mal cubrir las más indispensables necesidades de su familia.

Pero la mujer, como madre y como conservadora del fuego sagrado del amor, no puede intervenir en la vida pública como el hombre. En hora buena se enorgullezcan los políticos con la conquista del voto femenino y demás zarandajas; la mujer, con o sin banda de concejal, en llegando a casa, será tanto más femenina cuanto más culta y, afortunadamente, no dedicará su tiempo, como el hombre, a los agios y embustes políticos. Su psicología, y en esto estoy conforme con la señora Lombroso, es más sentimental que práctica, y es por ello que se les ha visto siempre interesarse más por las campañas de justicia, cuando han sabido llegar a su sentimiento, que por las de orden político.

Hoy la mayor desviación de la juventud femenina es la frivolidad. La mujer ignorante de hace pocos años que, carente de instrucción, sólo pensaba en la esclavitud del hogar y la religión, ha sido sustituida por la muñeca de labios pintados y tez maquillada, que encuentra aburrido el hogar y deambula por las calles, con ademanes desenvueltos, fingiendo una desenvoltura que no posee en la realidad, tan desorientada de la vida como sus abuelas, que pasaban el día muriendo de hastío, encerradas en casa.

Todo ello es efecto de la misma causa. Nuestras abuelas languidecían en casa —atadas a los prejuicios y rutinas, en espera del amor—, sin sólida cultura, sin ideales y con completo desconocimiento de la vida, y aceptaban al primer hombre que las libraba del espectro de la eterna soltería. Completamente abúlicas, fueron dignas antecesoras de las que hoy se exhiben con el mismo fin, cabezas de chorlito, con el cabello largo o corto y las manos con o sin manicura. Estas últimas no tienen más aspiración que el matrimonio, como garantía de solvencia moral y de seguridad económica.

Y es porque en la actual sociedad todo está descentrado y fuera de lugar; por eso decía, en mi anterior, que el problema no era feminista, sino de humanidad. Colóquese cada uno en el sitio que le corresponda y la mujer será lo que debe ser, una parte del todo social, que convenientemente capa - citada para su misión la cumplirá, sin querer intervenir en asuntos que no sean de su incumbencia; en tanto que hoy las necesidades de la vida la obligan a realizar tareas impropias de su sexo y que le roban su feminidad. Otro día trataremos de los trabajos propios de la mujer y de su importancia en el progreso social.

Generación Consciente , n.º 38, octubre de 1926, pp. 241-242.

Feminismo (4) 

Muchas veces se ha dicho que la dependencia económica de la mujer era la mayor inmoralidad de esta sociedad, que hace una venta del sentimiento más noble y excelso del ser racional.

 Es indudable que la mujer que se ha creado una situación económica independiente está en condiciones favorables para entregarse, por amor, al hombre que ella libremente elija para compañero de una hora, de unos días o de toda la vida, según las diferentes circunstancias que determinen esta unión.

De esto se deduce que toda mujer debe ser el sostén de ella misma y, por lo tanto, excluyendo a las privilegiadas de la fortuna, es indispensable que trabaje en una forma o en otra, para no tener que recurrir a la venta, efímera o legal, que asegure su vida.

En la actualidad, son muchas las que se dedican a diferentes oficios, aunque, como hace notar una joven feminista, en cuanto pueden dejan la máquina y el diario para dedicarse al cuidado del marido, si es que éste puede sufragar los gastos domésticos. No falta, sin embargo, quien, después de casada, tiene que continuar tejiendo o preocupándose de la partida doble.

Para darse cuenta exacta de lo indigno que resulta que la mujer tenga que ser mantenida por el hombre y lo injusto que es, al mismo tiempo, el que agoste su juventud y sea explotada, especialmente en algunas épocas de su vida, es preciso ahondar en el problema social, sin lo cual toda nuestra propaganda sería la tela de Penélope, ya que lo que repudiáramos por un lado, habríamos de aceptarlo por otro.

 La mujer libre —más femenina cuanto más culta y que es tan celosa de su dignidad como de sus sentimientos exquisitos y refinados— sólo es producto de una sociedad libre, donde todo individuo pueda desenvolverse en el lugar que le corresponde, puesto que, en el actual estado de cosas, son muy contadas las que pueden crearse esa independencia económica, que les permita elevarse moral e intelectualmente, y constituir, de paso, las relaciones amorosas con arreglo a su temperamento y modo de ser. Las demás, esa pléyade de obreras manuales que han de arrastrar una vida de bestias de carga, no pueden ser norma de independencia económica y, por lo tanto, no debe extrañar que dejen ese trabajo en cuanto tengan ocasión, puesto que no sólo no las redime del amor, sino que, por el contrario, las hace, muchas veces, doblemente esclavas de él.

Si el salariado es un estigma social aplicado al hombre, lo es doblemente aplicado a la mujer, ya que le roba su más preciado tributo: el de educadora que, por derecho natural, le ha concedido la naturaleza y en el cual debería especializarse, hasta conseguir los óptimos frutos que indudablemente alcanzaría, perfeccionando de paso su feminidad, cualidad indispensable, para el cumplimiento de su misión.

La educación de la niñez será, en la sociedad futura, encomendada única y exclusivamente a las mujeres, que, como madres conscientes, habrán aprendido a serlo limitadamente; y, perfectamente preparadas para ello, sabrán desde el más íntimo y delicado cuidado del niño recién nacido, hasta la dirección intelectual y moral; desde la cuna a la adolescencia.

Ni las mujeres encorvadas en una máquina o encerradas en una fábrica, mientras sus hijos se crían abandonados física y moralmente, ni la mecanógrafa o empleada, que sueña con imitar a las burguesas y sólo puede conseguirlo a costa de su dignidad femenina, pueden influir nada en la emancipación femenina; son engranajes de una rueda social mal confeccionada, consecuencia y efecto de una causa funesta: la explotación del hombre por el hombre.

El trabajo propio y exclusivo de la mujer es la educación de las generaciones futuras y en el cumplimiento de esta misión ha de encontrar su continuo perfeccionamiento y la conquista de su feminidad. Y de la perfección de la mujer, saldrán los supremos artistas, porque la suprema bondad es suprema belleza; los grandes sabios, porque el afán de investigar es afán de ciencia; y los pensadores, que marcarán las evoluciones progresivas, porque el grande amor humano es grande sed de verdadera justicia. Y la mujer, cada día más femenina, menos dedicada al trabajo y más a su misión de educadora, se recreará con todo lo grande y todo lo bello, porque será madre de todos los humanos, engendradora de todo lo sublime y conservadora de todo lo justo.

Generación Consciente , n.º 39, noviembre de 1926, pp. 279-280.

martes, 9 de diciembre de 2014

Las aplicaciones de teléfonos "Inteligentes" promovidas por el Ministerio de "Igualdad" y Telefónica nos harán "Libres"



Aparte de sexista, absurda e idiotizante, esta aplicación nos acerca un poquito más a aquellas distopías imaginadas por Orwell y Huxley...



Telefónica y el Ministerio de Igualdad del PP nos harán "libres" gracias a los smartphones fabricados por trabajadores "libres" como Xu Lizhi (joven poeta y ensamblador de una fábrica de Foxconn en Shenzen que se suicidó el pasado 30 de septiembre), a los niños y hombres que extraen coltán en el Congo o a las mujeres, niños y niñas de ese país violados por auténticos terroristas que obtienen sus recursos y armamento de la explotación de este preciado mineral, según relata la periodista congoleña Caddy Adzuba, material que acaba en los aparatos tecnológicos que todos utilizamos.
Telefónica, por supuesto, sigue sin certificar la procedencia del coltán de los móviles que "regala" a sus clientes como si fueran caramelos o las condiciones laborales en las que se producen. Xu Lizhi murió pero su poesía sigue en pie, dinamitando toda la montaña de hipocresía y barbarie entre la que vivimos, conectando las pequeñas piezas del puzzle que los supuestos "libertadores" se empeñan en separar y aislar en compartimentos estancos para que no veamos el cuadro completo:

"Taller, línea de ensamblaje, máquina, tarjeta de fichar, horas extra, salario./
Me han entrenado para ser dócil./
No sé gritar o rebelarme,/
cómo quejarme o denunciar,/
sólo cómo sufrir silenciosamente el agotamiento"

Enlaces de interés:

- La noticia de su suicidio con poemas de Xu Lizhi en chino y en inglés: https://libcom.org/blog/xulizhi-foxconn-suicide-poetry
- La noticia en castellano: http://www.grupotortuga.com/La-denuncia-del-poeta-suicida-Xu
- Caddy Adzuba: http://elpais.com/elpais/2014/11/28/planeta_futuro/1417196048_384669.html
- Violaciones de niños en el Congo: http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/inimaginable-barbarie-de-violaciones-ninos-el-congo-articulo-498070
- "La gente se sentiría molesta si viera de dónde viene su iPhone": http://www.publico.es/418911/la-gente-se-sentiria-molesta-si-viera-de-donde-viene-su-iphone
- Un periodista de The Guardian intenta averiguar si hay un teléfono que no esté manchado de sangre: http://www.theguardian.com/commentisfree/2013/mar/11/search-smartphone-soaked-blood
- Y para ilustrar un poco el concepto de libertad de expresión de Telefónica podemos recordar mi expediente laboral, insignificante al lado de todas estas atrocidades: Posible despido en la UNED por “ofender” a Telefónica: https://www.diagonalperiodico.net/global/posible-despido-la-uned-por-ofender-telefonica.html

sábado, 6 de diciembre de 2014

Que se escuchen otras voces: el trabajo no supone una liberación, la maternidad es parte de la salud sexual...

A veces releo un libro y veo una pequeño texto que me gustaría compartir. Esta es de "Revolución en punto cero" de Silvia Federici y, aunque adolece de falta de visión integradora respecto a los hombres, creo que es interesante su lectura, sobre todo después del monográfico en papel de El País Semanal dedicado a "las mujeres" lleno de publicidad de perfumes caros y de esa organización emancipadora de la mujer llamada "El Corte Inglés", entrevistas a Emma Bonino, Melinda Gates, Christine Lagarde, empresarias y, como no, esas nuevas generaciones del feminismo (supuestamente más subversivas y rompedoras, al menos a nivel estético) que repiten de forma machacona los mensajes y las consignas de las ONU y el Banco Mundial:

Pg. 98: "El movimiento de mujeres debe darse cuenta de que el trabajo no supone una liberación. El trabajo dentro de un sistema capitalista es explotación y no hay placer, orgullo o creatividad alguna en ser explotada. Incluso el concepto de "carrera profesional" es una ilusión en lo que respecta a la realización personal. Lo que pocas veces se reconoce es que la mayor parte de los empleos que se desarrollan mediante una carrera profesional requieren que se ejerza poder sobre otras personas, a menudo sobre otras mujeres y que esto depende de las divisiones entre nosotras. Intentamos escapar del encasillamiento en los guetos obreros y oficionistas para poder disponer de más tiempo para nosotras y estar más satisfechas, solo para descubrir que el precio que pagamos por progresar es la distancia que se interpone entre nosotras y otras mujeres. Con todo, no hay disciplina que impuesta a otros no nos impongamos a nosotras mismas, lo que significa que el mismo hecho de llevar a cabo estos trabajos mina nuestras propias luchas".

Leo con curiosidad uno de los artículos en La Marea de una de las jóvenes feministas citadas por El País con un título que me interesa: "Los retos de la salud sexual". Antes de leerlo, me pregunto, ¿hablará en algún momento de maternidad, parto y lactancia como parte de la salud sexual de las mujeres? Efectivamente, la salud sexual de nuevo es limitada, previas citas de diversos organismos internacionales, al uso de anticonceptivos, lo que equivale a hablar solamente de una parte del asunto. Es más, a nivel global incluso el Club de Roma en su último informe reconoce que el desarrollo industrial y urbano que se lleva a cabo a pasos agigantados en el mundo es el "anticonceptivo" más importante y efectivo actualmente, ya que tener hijos resulta en sí mismo algo caro y complicado en los nuevos contextos vitales, laborales y existenciales. Por esta razón, se pronostica que a partir de 2040 la población mundial comenzará a decrecer. En cualquier caso, considero que el autoconocimiento del cuerpo y la posibilidad de usar las diferentes formas de anticoncepción son algo importante y necesario, siempre que se entienda también el contexto biocultural y político en el que se utilizan y promocionan.

La salud sexual es un tema muy amplio pero de nuevo, una vez más, no hay en el artículo ni una palabra sobre los riesgos para la salud de las mujeres de la maternidad tardía, la nuliparidad y la ausencia de lactancia, para poder tomar decisiones informadas, libres y éticas. ¿Por qué? Porque este sistema reprime en los países industrializados la maternidad durante los años más "productivos" y, años más tarde, la promueve en su versión desesperada, tecnocrática, mercantilizada, consumista, hipermedicalizada, hiperplanificada, congelada, desvinculada, fragmentada y, por último, desconectada de toda excitación sexual y pasión erótica en el acto de concebir vida humana.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

La Violencia de Género reducida a un asunto de dinero

Durante estos días he querido leer qué es lo que distintas organizaciones reivindicaban en referencia al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las mujeres, día designado por la ONU el 17 de diciembre de 1999. He realizado un resumen de las ideas básicas que transmiten los diferentes manifiestos y que pueden reducirse a que la violencia que puede darse dentro de las parejas heterosexuales, ejercida por algunos hombres hacia algunas mujeres, acabará en la medida que aumente el dinero de las partidas de los Presupuestos Generales del Estado destinadas a luchar contra la misma. ¿Realmente estamos ante un problema de dinero? ¿Se habrían evitado los 42 asesinatos de este año con una duplicación o una triplicación del presupuesto de esas partidas? La respuesta es no. Mal que le pese al creciente número de personas que trabajan o les gustaría trabajar en el sector al que se destinan los casi 24 millones de euros de la discordia, si continúan las actuales circunstancias existenciales, vitales y sociales la violencia de todo tipo seguirá aumentando.

La clave para erradicar la violencia entre los seres humanos no la tiene un Estado que no duda en esforzarse en conseguir un suculento contrato (3.000 millones de euros) de venta de tanques de combate para dictaduras en las que las mujeres no pueden ni salir de casa si no están acompañadas de un hombre, donde hombres y mujeres viven oprimidos. Estos tanques, por si alguien no lo sabía, son armas que sirven para matar, mutilar y atemorizar. (Sobre este tema recomiendo ver este video a partir del minuto 10.12 en el que Miguel Lorente se explica muy bien y hacer un seguimiento periodístico del mismo desde los tiempos de la Ministra Chacón, fiel defensora de la Ley de Violencia de Género en España a la par que intermediaria en la venta de armamento a Arabia Saudita, hasta las gestiones de Corinna para conseguir el jugoso contrato).

http://www.defensa.gob.es/gabinete/notasPrensa/2010/11/DGC_101102_Visita_SAR_Arabia_Saudi.html?__locale=es
La clave tampoco podrá estar nunca en una visión de la violencia reducida a lo monetario, segmentada y sexista, que olvida investigar sus raíces profundas y complejas. Quizás no exista ninguna "clave" ni ninguna varita mágica para erradicarla, pero sí existen factores que exacerban las dinámicas antisociales: el maltrato primal y en la infancia, el aislamiento, la soledad, la falta de vínculos sociales y familiares, el consumo de drogas legales e ilegales, la alienación y explotación del sistema asalariado, la vida deshumanizada y tecnocrática, la sumisión y pasividad aprendida en el sistema educativo-médico-militar, donde también aprendemos a ser maltratados y a maltratar. Sin embargo, Estado y escuela, instituciones agresivas y jerárquicas, se nos presentan en todos los manifiestos como nuestros salvadores y protectores.

El conocido obstetra Michel Odent incluso estudia el posible debilitamiento generalizado del sistema de la oxitocina (la hormona del amor) en el Homo Sapiens actual, lo que provoca que las mujeres actuales tengamos cada vez más dificultades para parir por nuestros propios medios, sin oxitocina sintética, y amamantar a nuestros hijos, todo ello debido a que no se respeta la fisiología de los partos o porque a su vez nuestro sistema de la oxitocina ya llega debilitado a ese evento vital. El embarazo, el parto y la crianza son fases humanas críticas en el desarrollo de la empatía, la seguridad en uno mismo, el sistema de la oxitocina ya nombrado... ¿Hay algún máster de Género en el que se esté estudiando o investigando sobre la violencia en esta dirección?

A pesar de que la violencia que puede darse en una relación afectiva heterosexual (la LIVG excluye las relaciones homosexuales) es quizás diferente a la que puede producirse en otro tipo de relaciones, por ejemplo, de una madre a una hija, de una hija a una madre, de una matrona a una mujer de parto, de una paciente a una médica, de una profesora a una alumna, de una alumna a una profesora, de una amiga a una amiga, de una empresaria a una trabajadora, de una soldado a una presa capturada, de una mujer a una niña a la que va a realizar una ablación del clítoris... creo que debemos caminar hacia una comprensión amplia de la violencia, de lo que une a todo este tipo de manifestaciones diversas y círculos viciosos en lugar de centrarnos en crear leyes de autor para cada una de ellas con sus respectivas partidas presupuestarias. Si la fragmentación es la estrategia del poder, la conexión debe ser la estrategia de los sometidos.

Yo me manifiesto en contra de la Ley Integral de Violencia de Género a la que acuso de sexista. Me parece perfecto que se denuncie cualquier tipo de agresión a la policía y en los tribunales estatales, independientemente de quien sea el autor/a de las mismas, dado que vivimos en un grado extremo de atomización social y nuestros aliados naturales, familiares y/o amigos, viven lejos o son incapaces de ejercer ese papel protector. Los vecinos, lejos de ayudarnos entre nosotros, también vivimos vidas completamente separadas. Pero, claro, estoy hablando de relaciones humanas y no de transacciones económicas. Crear vínculos fuertes de respeto entre las personas en teoría es gratuito y no va a cargo de los Presupuestos Generales.

Todos los manifiestos se limitan a pedir algo al Estado, como si la gente, nosotros, cada uno, cada una, no tuvieramos ninguna responsabilidad más que esperar a que la policía y los jueces intervengan, que la escuela nos diga que "todos somos iguales" y los cursos de formación nos enseñen a pensar que las mujeres necesitan una especial protección, incluso aunque nosotras mismas no nos hayamos dado cuenta. Que la lucha contra la violencia de género se haya convertido en una industria y un negocio, con sus propios intereses y lógicas internas, es algo perverso que hay que denunciar y que perjudica a mujeres y hombres.

Estas son las ideas clave que subyacen en los diferentes manifiestos: 
(se puede leer el original en el enlace de cada título)
 
Libres de violencia machista:

- La solución a la violencia de género proviene exclusivamente del Estado ("políticas públicas").
- Más dinero para las empresas de Género vía "formación obligatoria en Igualdad de Género" al personal de las administraciones estatales. Un suculento negocio.
- La mujer es un ser inferior, ignorante e inmaduro que no sabe detectar sus propios problemas y necesita que el personal sanitario le informe de que está siendo maltratada ("Protocolos eficaces de detección de las violencias machistas"). Petición que contrasta con las quejas, que suscribo, de que la Ley Gallardón nos trataba de niñas que necesitaban autorización legal de los médicos para abortar bajo el supuesto de peligro para la salud mental y física de la mujer. La sumisión al personal médico nos libera y proteje en un caso y nos infantiliza en el otro, parece ser.
- Más dinero, esta vez solicitado de forma directa y clara ("presupuestos realistas"), a pesar de reconocer que ha habido un aumento del presupuesto del 8,6%.
- Más dinero, esta vez vía "las personas que trabajan en VG". Aunque no se habla de dinero, se habla de "condiciones laborales", lo que indirectamente se traduce en un aumento de los presupuestos.

Manifiesto conjunto de CCOO y UGT:

- Más dinero para formación de personal.
- Los valores de los niños y niñas deben ser inculcados a través del adoctrinamiento de la escolarización.
- Más dinero vía la presencia en los Consejos Escolares de personas "especializadas" (entiendo que después de haber hecho un curso impartido por una de las empresas de Género) para impulsar medidas educativas que fomenten la igualdad.
- Más dinero vía campañas de difusión y sensibilización (entiendo que encargadas a empresas de Género o personas que hayan realizado los correspondientes másters y cursos del sector).

Manifiesto del PP:

- Los valores deben ser inculcados a través del adoctrinamiento escolar y de las nuevas tecnologías (se refiere a la "reforma educativa" y a una aplicación de móvil desarrollada por Telefónica llamada "Libres". Esto último no es broma.)
- Facilitar el aumento del número de denuncias.
- Las mujeres (en abstracto) debemos ser protegidas y, para ello, se mejorará la evaluación policial del riesgo al que estamos sometidas. Se habla de "especial vulnerabilidad" sin explicar las causas de esa especial vulnerabilidad. ¿Quién crea esa especial vulnerabilidad?
- Más dinero para los empresarios. En un contexto de 5 millones de parados tendrían que explicar por qué crean un incentivo hacia la victimización y un subsidio hacia la empresa. Es decir, todo el mundo debe poder tener la posibilidad de encontrar una forma de subsistencia, tanto si se ha sufrido maltrato como si no, y el camino no debería ser el de la subvención al empresario para que contrate a trabajadores, que es lo que viene a ser una bonificación.
- Y por fin lo más esperado... "Dotar de los recursos necesarios"... Como sabemos, este año el presupuesto es de 23,7 millones de euros. Si el resto de manifiestos se quejan de lo poco que se destina a estas partidas presupuestarias, en el del PP se utilizan las cifras para resaltar que el presupuesto ha aumentado respecto al año pasado.


Manifiesto de Ganemos:

- Más dinero para "prevención", en concreto a través de la "coeducación" en los centros escolares. No se comprende muy bien la relación entre dinero y coeducación, necesitaría que alguien me explicara si es porque quieren dar a entender que es más cara que la educación segregada por sexos. A priori parece que no tiene sentido.
- Más dinero para formación del personal de las administraciones. Estos cursos no son gratis evidentemente y tienen unos costes.
- La mujeres y los hombres del pueblo necesitamos cuotas para que se nos redirija hacia determinados puestos de trabajo ("obligatoriedad de tener un plan de igualdad, plan de paridad en sus plantillas, etc."). En el contexto de una sociedad jerarquizada el uso de las cuotas para las mujeres implica que la mujer debe ser ayudada a ocupar determinados trabajos, más valorados socialmente.
- La política tiene la clave para terminar con la violencia hacia las mujeres ("Políticas de equidad y de minucioso respeto a los derechos humanos de las mujeres son las soluciones frente a la violencia contra las mujeres.")
- Difunde la idea de que "la igualdad" per se evitaría la violencia sin explicar por qué, cuando la lógica asociada a las cuotas que se están promoviendo implicaría también lo contrario: que aumentara el número de asesinatos de mujeres hacia los hombres hasta igualarse. La igualdad entre dos elementos, en sí misma y descontextualizada, no significa nada, ni tiene por qué ser positiva. También puede existir violencia en una pareja hombre-mujer en el que ambos tengan trabajo y un salario similar.

Manifiesto del PSOE:

- El manifiesto de cuatro páginas, el más largo de todos, resalta en primer lugar el premio Políticas de Futuro otorgado por ONU Mujeres, entre otras instituciones, por la Ley Integral de Violencia de Género ("una de las más importantes y eficaces normas para combatir y erradicar la violencia sexista en todo el mundo"). Si el objetivo era erradicar el número de asesinadas su eficacia ha sido nula, como más tarde reconoce: "las mujeres continúan sufriendo violencia de género y el número de asesinatos lejos de disminuir, aumenta".
- Más dinero. Ante el análisis anterior se refuerza la idea de denuncia de los recortes presupuestarios del PP.
- Adoctrinamiento. El manifiesto hace mención a la eliminación de "Educación para la ciudadania", una asignatura que se considera como parte de la "prevención" de la violencia de género. Lo que subyace es que la formación en valores es tarea del Estado que nos debe enseñar lo que es el respeto y la dignidad de las personas. ¿Cómo va a enseñar respeto y dignidad una institución corrupta desde su propia concepción y que se basa en la acumulación de poder, dinero, la guerra y la dominación?
- De nuevo se reclama más dinero al gobierno actual para la partida destinada a la lucha contra la violencia de género.

domingo, 16 de noviembre de 2014

"Salmo", un poema de Anne Clark

Creo que puede haber un punto de entendimiento entre los creyentes que creen que la idea de la divinidad es el amor y los ateos que también creemos en el amor como uno de los valores supremos. Tanto ateos como creyentes han sido capaces de las mayores barbaridades desde las religiones institucionalizadas para ejercer el poder o desde las religiones políticas: la religión de la Tecnología, o del Progreso, o la religión del Estado Supremo o la de la Maximización de los Beneficios. Este poema de Anne Clark me ha encantado por este motivo, aunque no hable de las religiones ateas. Esta misma autora también trata de los peligros de esas otras religiones en muchas de sus canciones.

(Recomiendo leer la letra escuchando su canción):
"No necesito vuestro dios. No necesito vuestro eterno, paterno dios. No necesito vuestro tranquilizadoramente protector dios con perspectiva sobre el bien y el mal. No necesito que ningún importado, deformado, hipertrofiado, actualizado santo soberano salve vuestra alma. Ningún anestesiante dios opiáceo. No necesito al dios de todas las criaturas que en la Tierra moran seréis buenas o iréis al infierno. No necesito al dios de hare krishna, hare krishna, ave maría, ave maría. Ningún yen para el zen, Baghavad-Gita o gurús, ningún dios de mormones, metodistas, adventistas del séptimo día, ningún absoluto más allá de refutación, ningún reverente preferente dios judeo-mesiánico. Ni biblias, ni mahayanas, ni dioses de instantáneo dharma. No necesito ningún suicidio espiritual o dios de la lobotomía pre-frontal. Ningún estoico, asexuado, antiséptico dios. Ningún crucifijo de neón. Ni cruzadas ni burkas ni cábalas. Ni camellos, ni agujas, ni decretos papales, ni iconos de venta por correo del Corán o de Mandala, o Meha Baba. Ni imanes ni ayatolás. Ni sharia. Ni opus dei. Ni dianética. Ni tarot ni rosario. Ni devadasi. Ni inmortales invisibles dioses de única sabiduría. No necesito ningún televisado circuncidado incesante incandescente dios. No necesito vuestro dios. Necesito seres humanos. El latido de los campos. La tierra y las estrellas. Necesito algún tipo de amor. Te necesito."
Anne Clark, "Psalm" (The Smallest Acts of Kindness, 2008). Traducción tomada del blog: http://uncuerpoextrano.blogspot.com.es/2009/03/song.html

viernes, 7 de noviembre de 2014

Un suceso insignificante

Ayer ocurrió algo que no saldrá en ningún periódico, un evento en teoría insignificante al lado de las detenciones de corruptos, los escándalos políticos y las operaciones policiales de nombres rimbombantes.

Lo que pasó fue lo siguiente: todas las personas que iban dentro de un abarrotado ascensor del metro de Madrid en la estación de Cuatro Caminos se negaron a bajar para que pudiera entrar una madre con un niño pequeño en un carrito. No es que no se dieran cuenta, ya que ella misma se lo hizo ver, señalando que la utilización de los ascensores es prioritaria para algunos usuarios, entre los que se encuentran las personas que viajan con niños pequeños. Hubo silencio, miradas bajas y las puertas del ascensor se cerraron con una mezcla de vergüenza y satisfacción. Quizás esos viajeros, jóvenes en su mayoría y capaces de usar las escaleras sin problemas, ganaron unos minutos para llegar a su lugar de destino. Todos perdimos en humanidad.

¿Qué se puede esperar de una sociedad así? ¿En serio alguien cree que puede existir regeneración social cuando todo se centra en lo político y económico y se olvida la convivencialidad? La forma en la que se crean y consolidan las relaciones humanas es la base sobre la que se construye una sociedad. No es peor, humanamente hablando, cualquiera de las personas que iba en ese ascensor que el mayor de los políticos corruptos.

Reconocer la propia inmoralidad es el primer paso para cambiar las cosas y no hay mayor inmoralidad que no ser capaz de acabar con una situación injusta. En este caso concreto, la madre del carrito tendría que haber sacado, independientemente del grado de violencia, a por lo menos cuatro o cinco personas del ascensor. O por lo menos haberlo intentado. En lugar de eso se quedó simplemente en la denuncia y hoy todos los implicados habrán borrado de su memoria tan banal suceso.

Sin embargo, las personas que apostamos por un verdadero cambio social no podemos dejar de señalar que lo que oficialmente es identificado como lo "importante" es secundario al lado de lo "insignificante". La corrupción moral está tan dentro de nosotros como lo está en el político más bribón, quizás tan sólo hay una diferencia de grado o de actitud. Mientras otros se limitan a señalar los males ajenos como objetivo militar a destruir, otros pensamos que lo ético y lo convivencial debería ser prioritario. Lo más duro de todo es darnos cuenta de que casi todos hemos ocupado y alternado en algún momento el papel de la gente del ascensor y el de la madre y el niño que se quedan fuera. Ascensor, metáfora de una sociedad decadente. Un asunto insignificante para el que no habrá manifestaciones ni concentraciones ni cartas de disculpas y que debería ser abordado desde la óptica de la convivencialidad. 

Fotografía de http://nosolometro.blogspot.com.es

jueves, 23 de octubre de 2014

La Educación Prohibida

Copio y pego una vieja entrada de 2012 de otro de mis blogs:

La Educación Prohibida.


Hoy he visto este trailer a través de "Homeschooling en Madrid" y me he quedado con ganas de saber más de este proyecto y de las cuestiones que plantea. Realmente, son las cuestiones importantes que deberíamos plantearnos, sobre todo teniendo en cuenta el camino que lleva la humanidad. Ahora bien, junto a planteamientos interesantes veo que se ha dado voz a colectivos frente a los que me muestro totalmente escéptica. No sé cuál será el tratamiento final de las entrevistas y confío en que no será una suma sin más de voces sino que se intentará llegar al fondo del asunto, profundizar desde un punto de vista crítico con cada una de las posturas. No valdría criticar la educación oficial "militarizada" y capitalista, tanto la estatal, privada y concertada, para caer en brazos de oscurantismos de nuevo cuño.

Para mí uno de estos nuevos oscurantismos está representado por las escuelas Waldorf que parten de Rudolf Steiner y la antroposofía. Para una breve introducción en este tipo de escuelas recomiendo leer este artículo, aunque no comparta su punto de vista contrario a la no escolarización: http://adepensar.blogspot.com/2009/06/waldorf-la-pedagogia-sarasa.html

Está muy bien que critiquemos la educación que se nos impone desde el estado y el sistema capitalista, su adoctrinamiento, su masacre a la creatividad y las ganas de aprender, ya que su principal función es acostumbrarnos a lo que vendrá después y a ser seres sumisos frente al poder. Ahora bien, la educación debe partir de la verdad, del ansia de verdad al menos. Para mí, pedagogos que creen en la existencia de los ángeles o de Dios, seres que pertenecen al ámbito de las creencias no demostrables, a la intimidad de la fe, pierden toda credibilidad cuando tratan de incluirlos en su método pedagógico. ¿Cómo podemos partir de una mentira o de algo indemostrable que pertenece al ámbito de las creencias personales? Y aquí vuelvo a referemirme a las escuelas Waldorf creadas por Rudolf Steiner y la antroposofía. Esta crítica es extensible a su rama de “banca ética”, Triodos Bank, como podemos ver en el temario de este curso impartido por su subdirector general: http://www.sociedadantroposofica.com/Eventos/Seminario/

Como dato curioso, algunas escuelas Waldorf están asociadas a la UNESCO en su Plan de Escuelas Asociadas creado en 1953: http://es.wikipedia.org/wiki/Pedagog%C3%ADa_Waldorf . Pero lo que creo que más me disgusta y me intriga es su origen. Según la Wikipedia:

"En 1919 Steiner visitó la fábrica de cigarrillos Waldorf Astoria, en Stuttgart, Alemania y habló a los trabajadores sobre la necesidad de una renovación social, una nueva forma de organizar la sociedad, su vida política, cultural y económica. Era su propuesta de la llamada Tripartición o Triformación social. El dueño de la fábrica, Emil Molt, le solicitó a Steiner si podría encargarse de establecer y dirigir una escuela para educar a los hijos de los empleados de su empresa en este nuevo sentido social, preservando lo cultural-educativo dentro de la esfera de la Libertad, sin interferencia de lo político ni de lo económico. Así nació la Escuela libre Waldorf. La educación que recibieron estos niños fue tan innovadora y evolucionada que pronto comenzaron a surgir escuelas Waldorf en Alemania y luego el movimiento de escuelas Waldorf se extendió por el resto de Europa y el mundo."

¿Por qué un empresario querría educar a los hijos de sus empleados "sin interferencia de lo económico"? Como anarquista, creo en la libertad, el apoyo mutuo y la autogestión. Los trabajadores deben asociarse para educarse a sí mismos. ¿Qué clase de valores quería transmitir a los obreros Emil Molt? ¿La sumisión al empresario de una fábrica de un producto tóxico como los cigarrillos Waldorf Astoria? ¿Que no hay razón lógica alguna por la que unos seres humanos acumulan y derrochan mientras otros pasan toda su vida trabajando para otros? ¿Que puede existir una coexistencia pacífica entre empresarios y trabajadores a través de la paz social, espejismos y migajas? ¿Que el sistema económico no debe tocarse aunque cree necesidades falsas (cigarrillos) en la población o se base en la guerra y la muerte como motor de la economía? Esa desde luego no es la educación ni los valores que me gustaría transmitir a las nuevas generaciones si lo que deseamos es un mundo mejor o que simplemente no se autodestruya. Seguiré investigando y leyendo: http://www.rudolfsteinerweb.com/a/emil_molt.php

En fin... lo importante es no perder nunca el espíritu crítico para, como dice la expresión popular, no salir de Málaga para entrar en Malagón.

Por cierto, ¿conocerán los documentalistas la Escuela Libre Paideia?

jueves, 9 de octubre de 2014

"Podemos hacerlo"

Hoy voy a hablar de uno de los emblemas o símbolos utilizados para recrear la imagen de mujer "empoderada", la ilustración de J. Howard Miller que podemos titular "We can do it!" (¡Nosotros/as podemos hacerlo!):



Lo primero que llama la atención es la mirada fuerte y penetrante de una trabajadora segura de sí misma que nos enseña su musculoso brazo. El texto de abajo dice: "War Production Co-ordinating Committee" (Comité Coordinador de la Producción de Guerra). ¿Y qué comité era ese? Pues el comité que creó la empresa Westinghouse durante la Segunda Guerra Mundial.

El poster no fue diseñado para su exhibición o para animar la contratación de más mujeres sino para su uso interno dentro de la empresa. La ilustración de Miller, encargada a través de una agencia de publicidad, pertenecía a una serie más amplia en la que la mayor parte de los representados eran hombres. Se trataba de propaganda interna para animar y motivar a los trabajadores a esforzarse más en sus tareas laborales. El mensaje era en realidad "Podéis trabajar más y mejor para nosotros" y el objetivo era "subir la moral, reducir el absentismo, hacer que las preguntas de los trabajadores se dirigieran a los jefes y reducir la probabilidad de insatisfacción laboral que pudiera conducir a una huelga en la fábrica".


Geraldine Hoff Doyle fue la mujer real, trabajadora de Westinghouse, que inspiró el poster y que, por cierto, se fue de la empresa una semana después de que le hicieran la foto en la que se basó Miller, tras el accidente laboral de una compañera. Estas mujeres estaban fabricando forros plastificados para cascos impregnados de "Micarta", una resina fenólica inventada por Westinghouse. Se produjeron unos 13 millones de forros para cascos en el transcurso de la guerra. Todo ese tipo de material bélico se usaría contra Hitler, algo muy loable sino fuera porque las grandes firmas estadounidenses apoyaron el crecimiento del nazismo e incluso negociaron con la Alemania Nazi: General Motors, Texaco, Ford... Los negocios son los negocios.


Las relaciones laborales dentro de Westinghouse Electric habían sido muy tensas durante los años anteriores. En 1941, esta empresa finalmente se vio forzada a firmar un acuerdo laboral con los trabajadores del sindicato "United Electrical, Radio and Machine Workers of America", ya que estaba obligado por la Ley Nacional de Relaciones Laborales. El Gran Capital norteamericano necesitaba acabar con la lucha de clases sustituyéndola por el "todos a una", juntitos empresarios y trabajadores por el bien de la empresa y del Estado sin tocar ninguno de los "privilegios" (si es que a ser opresor se le puede llamar privilegio) existentes ni, por supuesto, todo lo que conlleva el trabajo asalariado. ¿Nos suena de algo este mensaje? Sí, se llama fascismo corporativo.

 Vemos, por tanto, que no es una imagen que luche o refleje la emancipación de la mujer o del hombre, sino la fusión cuerpo-mente con la causa empresarial y con el aumento en el número de dígitos de la cuenta bancaria del empresario de turno. Es un emblema del capitalismo (aunque perfectamente podría tener un equivalente soviético o nazi, ¡o incluso de fábrica colectivizada!) que trata de aplacar todo conflicto entre dominantes y dominados que pueda hacer que la productividad descienda.
 
Esta ilustración es la viva imagen de que el concepto de "empoderamiento" (empowerment) es totalmente ajeno y diferente al de "emancipación". ¿De qué nos sirve creernos poderosos si seguimos siendo esclavos con una pequeña ilusión de poder? ¿De qué sirve el poder sin la ética, el sentido crítico y la capacidad de reflexionar?

En algún momento histórico esta imagen se puso de moda en los medios como icono del empoderamiento femenino. Es deplorable. Una mujer jamás se emancipará por ser una asalariada de Westinghouse que fabrica armas mientras el gran capital de su país está alimentando a la fiera que después, supuestamente, querrá abatir.

¿Cuántos de los símbolos de empoderamiento actuales no tendrán la misma función esclavizante que este anuncio propagandístico? Para empezar quizás tendríamos que salir del autoengaño y definir qué es lo que realmente "podemos" y no "podemos" hacer en las circunstancias actuales.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Feminismo y Humanismo, por Federica Montseny

 Ahora que el nombre de Federica Montseny es usado por grupos feministas (Red Federica Montseny) quizás sea hora de recordar sus escritos. Evidentemente, no comparto la forma despectiva en la que describe a las feministas del partido inglés "Tercer sexo" como "solteronas" (aunque quizás sea un comentario del autor al que hace referencia, Antonio Dubois, y no de ella), ya que considero que las posturas ideológicas y políticas tienen que ser juzgadas por sí mismas, no en función de la vida íntima y personal de los sujetos, que deben tener libertad para tomar las decisiones sobre su propia vida que consideren oportunas. Tampoco comparto su visión utópica modernista de las mujeres del pasado, supuestamente sometidas a siglos de "obscurantismo" y "embrutecimiento intelectual". Creo que habrá que ver en cada caso, época y lugar.

Sí me parece destacable y de vital importancia en el momento presente, por otro lado, su reivindicación del universalismo frente a la parcialidad y la denuncia del reformismo feminista en contraposición con la verdadera emancipación de la mujer y del hombre. También es reseñable su mención a los valores ante la vida de generosidad, abnegación y valentía, valores imprescindibles para cualquier ser humano que quiera cambiar el mundo o luchar contra una injusticia. Además, en lugar de ser asociados con la sumisión al hombre, como siempre suelen aparecer, Federica Montseny los asocia con una actitud altiva y demoledora, sin atisbo de debilidad y sensiblería, actitud válida tanto para hombres como para mujeres.

Desde luego, desde la búsqueda del placer como único valor supremo no se puede cambiar nada, porque en cualquier lucha se sufre y se pasa mal, como cualquier persona que se haya enfrentado con el poder injusto sabe bien. Hay llanto y sufrimiento, a la par que orgullo y satisfacción (y, por tanto, un placer sólido y no efímero) de saber que estás haciendo lo correcto. Estas dos caras de la vida son inseparables y negarlas nos quitan fuerza. El miedo a sufrir nos paraliza. El miedo a conocer la verdad y que nos dañe nos impide evolucionar. Esto no significa recrearse en el dolor, sino atravesarlo, trascenderlo, minimizarlo y equilibrarlo con recursos propios y externos (el apoyo mutuo).

De nuevo, os invito a una lectura que separe el grano de la paja y supere idealizaciones y defenestraciones:




Feminismo y Humanismo  - 1 de octubre de 1924 - página 12 de La Revista Blanca

Cierto amable y anónimo amigo me remite un ejemplar de un periódico, diciéndome: "Por si te interesa".

El periódico en cuestión es El Pueblo, de Valencia, y señalado por el mismo remitente veo un artículo que se titula "El tercer sexo" y firma Antonio Dubois.

El escrito - ¡cómo no! - habla del feminismo y de las mujeres. Hay en él opiniones muy apreciables y bastante acertadas, y he pensado que merecía el comentario de una mujer, que, como tal, preocúpase preferentemente de los problemas de su sexo y a la que, como muy bien supuso el que tuvo la atención de remitirme el ejemplar del diario valenciano, interesan esas cuestiones del feminismo, aunque sólo sea para combatirlas y situarlas en el punto donde han de partir todas las inquietudes humanas: la transformación de una sociedad injusta y el abandono de una moral y unas preocupaciones que sólo han servido para esclavizar a la mujer y desviar a la especie toda.

Le dedicaré, por tanto, otro artículo al tema del feminismo, que quizá no hará más que repetir lo dicho en anteriores sobre el mismo asunto trazados, ya que dada su permamente actualidad y su lamentable y errónea tendencia, opino que el feminismo merece continuas críticas, y la emancipación de la mujer, máximo problema de los tiempos presentes, el esfuerzo modesto de los que en ella y en su influencia bienhechora, tenemos puesta nuestra esperanza.

***

Antonio Dubois, en su artículo, divide en dos al feminismo: Uno es el que, según él, "conserva todos los encantos poéticos de la mujer" y otro - el del "Tercer sexo", movimiento formidable que tiene su cuna y su fuerza en Inglaterra - el rudo, acre, despótico, imperativo, con la falta de feminidad que caracteriza a las mujeres solteronas, que odian a los hombres porque no han podido casarse.

El "Tercer sexo", partido numerosísimo - lo que indica el gran contingente de mujeres que la guerra sentenció, con su monstruosa devoración de hombres, a la soledad forzosa - tan numeroso que lanza la cifra de un millón 700.000 adherentes, es el que quiere derribar del Poder al hombre y, desde él, imponer su dictadura a la humanidad. Sin embargo, Antonio Dubois, humorísticamente opina que unos cientos de miles de matrimonios aplacarían las iras reivindicadoras de ese millón y medio de mujeres energúmenas.

Este ha sido, el del llamado "Tercer sexo", el movimiento feminista más importante en Inglaterra. El otro, el que "conserva todos los encantos poéticos de la mujer", es lo que se ha bautizado con el nombre de socialismo cristiano, de importación de los países latinos, donde logró adquirir, particularmente en Francia, ciertos ribetes reformistas por haberlo adoptado las mujeres intelectuales y doctas, de tímida tendencia izquierdista. Más aclarado aún: es el propio feminismo anglo-sajón, perfumado y suavizado por la galantería y la espiritualidad humanista y ligera de las razas meridionales.

En España no existe el feminismo del "Tercer sexo". No existe tampoco el socialismo cristiano. En realidad, no existe feminismo de ninguna clase y si alguno hubiese, habríamos de llamarlo fascista, pues sería tan reaccionario e intolerante, que su arribo al Poder significaría una gran desgracia para los españoles. Afortunadamente, no sucederá tal cosa.

En cuanto a los feminismos europeos, o las dos clases en que divide el feminismo Antonio Dubois, estimo, como siempre, que ambos adolecen del mismo defecto capital, suavizado en uno, áspero y estridente en otro: la falta de humanismo, de este amor a la humanidad que forma el más preciado y generoso fundamento de todos los ideales.

Es más aún: examinando fríamente el feminismo, sus puntos, sus programas máximos y mínimos, sus figuras y sus actuaciones, se llega a sacar la conclusión de que él, su fuerza retrógrada y coercitiva, suave o áspera - lo mismo da, pues quizá es más reaccionario el latino, con sus ribetes de socialismo o mejor, sillonismo, que el anglo-sajón, con sus pintorescas ansias revolucionarias de despechadas - representa un factor muy importante y muy grave, puesto al servicio de la reacción y con posibilidades de entorpecer el camino de las ideas modernas. Es decir, el feminismo, partido de Estado, de privilegio, de mando, de intolerancia religiosa y moral, de asperezas de sexo, de brutalidad dominadora o de falsa suavización de costumbres, puede convertirse, en el proceso evolucionista de los tiempos modernos, en el revulsivo que coarte la libertad del hombre, y de las mujeres, minoría por desgracia, que han logrado despojarse del lastre de los siglos transcurridos en el obscurantismo y el embrutecimiento intelectual.  

Yo creo que la cuestión de los sexos está clara, meridianamente clara: Igualdad absoluta en todos los aspectos para los dos; independencia para los dos; capacitación para los dos; camino libre, amplio y universal para la especie toda. Lo demás es reformismo, relativista, condicional y traidor en unos; reaccionario, cerril, intransigente y dañino en otros. 

¿
Feminismo? ¡Jamás! ¡Humanismo siempre! Propagar un feminismo es fomentar un masculinismo, es crear una lucha inmoral y absurda entre los dos sexos, que ninguna ley natural toleraría.

***

Antonio Dubois, comprendiendo por una parte el problema, por otra desbarra. Desbarra como desbarran cuantos, sin tener ideas verdaderamente avanzadas, quieren dar explicación y solución a fenómenos y cuestiones modernas.

Y dice, defendiendo el feminismo que él estima útil y verdadero "el insinuante y tierno que acabará por esclavizarnos": "El día que la mujer legisle y administre, las grandes instituciones básicas de la sociedad en crisis: familia, educación, natalidad, justicia, asistencia social e higiene, hoy vacilantes en los brazos del hombre, se sostendrán con más solidez en las manos de ellas."

El día que la mujer legisle y administre, continuarán las injusticias, los privilegios, las desigualdades, las miserias y las luchas, porque las bases de la actual sociedad, que Antonio Dubois cree podrá apuntalar el feminismo que conserva todos los encantos poéticos de la mujer que los tenga, no hay fuerza humana que las apuntale, ya que ellas, por podridas e injustas, están condenadas a morir.

He aquí el error fundamental del reformismo, que, como todos los partidos políticos, y hasta como nosotros mismos, ven en la mujer, como madre, educadora y compañera del hombre, un auxiliar precioso y un elemento decisivo para las ideas que se disputan la hegemonía del pensamiento; El reformismo, sea femenino o masculino, cree poder apuntalar a la actual sociedad con concesiones y paliativos. De ahí el origen del socialismo cristiano de Inglaterra y del feminismo meridional, impulsado y favorecido por los partidos políticos de izquierda, feminismo más peligroso que el otro y que en un porvenir no muy lejano verémosle representando el freno tradicionalista en los grandes acontecimientos sociales que se avecinan.

Por esto yo repetiré siempre que el feminismo, sea el que fuere, suave o áspero, reformista o ultramontano, no puede ser jamás un factor evolutivo ni un valor de renovación social. A lo sumo, con sus reformismos, una pequeña conquista arrancada a las preocupaciones y al ancestralismo.

Socialmente, acepta y exige privilegios que si son injustos disfrutándolos los hombres, también lo serán si los disfrutan las mujeres. Humanamente, tolera todas las coacciones de la moral y de la religión, es ordenado y metódico y cuando se vuelve revolucionario es por despecho y no por justicia, y, en ciertos aspectos, da la razón a cuantos hombres no consideran digna de ser igual en libertad y en derechos a la mujer. Es casi una desviación del sexo y en algunos momentos una regresión, representando un peligro para las mismas mujeres que no estén conformes con sus normas e intolerancia. No es capaz de ser demoledor, generoso, abnegado, valiente y altivo ante la sociedad y ante la vida. Carece de comprensividad, de ansias de justicia y de dignificación. Está fosilizado por los prejuicios y la moral reinantes y jamás comprenderá, sea suave o áspero, meridional o anglo-sajón, reformista o reaccionario, satisfecho o despechado, lo que es un ideal de armonía absoluta, de paz completa, de universalismo amplísimo, de evolución infinita y de libertad y perspectivas sin límites.

Federica Montseny

viernes, 12 de septiembre de 2014

Las borrosas lentes de la ideología

Una muestra de proyección de la propia ideología en la observación de la realidad, omisión de lo que no casa con los propios prejuicios y repetición de mantras autoreferenciales del mundo universitario y del feminismo y ecologismo de estado:

Intervención de Alicia Puleo desde el minuto 10.30

https://www.youtube.com/watch?v=tkE6-KJ153Q




 El gran problema del ecofeminismo es la dicotomía esencialista/constructivista. Somos seres bioculturales, la biología afecta a la cultura y la cultura afecta a la biología. Están profundamente imbricados. Por eso, deberíamos comenzar por quitarnos las "gafas" de antropólogos, biólogos y místicos para ver qué ocurre ahí fuera realmente. Por otro lado, tampoco podemos negar nuestras cosmovisiones y nuestros prejuicios, ya que siempre será mejor evidenciarlos y ponerlos en cuestión que ocultarlos, reprimirlos o negarlos. En cualquier caso las ideas previas no deberían alejarnos más de la realidad para convertirse en ceguera. Yo, al menos, como en tantas otras cuestiones, no me identifico ni me siento cómoda en ninguno de los bandos presentados en este tipo de controversias y creo que todos los protagonistas tienen razón en algunas cuestiones parciales. La tarea de cualquier sujeto crítico debería ser separar, como dice la expresión popular, el grano de la paja.

En este video Alicia Puleo arremete contra la asignación de tareas "tradicionales" de una manera acrítica (aprox. 12.30) y afirma que el feminismo temía que al defender sociedades que no fueran tan destructivas con el medio ambiente se plantearan formas de sociedad desfavorables hacia la autonomía de las mujeres.

El mundo preindustrial y preneolítico tiene multitud de ejemplos concretos que demuestran la gran autonomía que tenían las mujeres. Es más, una hipótesis interesante de partida sería plantear que a más desarrollo y mayor especialización, más desigualdades y más jerarquías. Por eso, las sociedades de cazadores-recolectores son tan igualitarias dentro de sus diferencias, diferencias que puede que tengan más un sentido práctico que ideológico en un principio, como cualquier madre lactante del siglo XXI podría entender: si estás dando el pecho de forma intensiva a tu hijo ves claramente que hay trabajos o tareas más compatibles que otras con el momento vital en el que te encuentras tú y tu bebé. Por ejemplo, ir a cazar con un bebé en una bandolera quizás sea posible aunque poco práctico. Sin embargo, recolectar durante sólo tres días a la semana junto a otras mujeres el 80% de la comida de la que se alimentará tu familia es bastante compatible con la crianza.  Un libro fundamental para mí en este sentido es el de Marjorie Shostak "Life and Words of a Kung Woman" en el que se describe una sociedad de cazadores-recolectores de Namibia en la que mujeres y hombres gozan de una autonomía similar, a pesar de la especialización por sexo de sus tareas. Esto no es óbice, sin embargo, para que las actividades masculinas sean consideradas un poco más valiosas que las de las mujeres (la carne está muy valorada) y esto quizás sea el germen de las jerarquías y desigualdades más acusadas que se ven en las sociedades sedentarias más especializadas. En el libro se cuenta el caso de una mujer de mediana edad que quiso cazar porque su marido no traía carne y, a pesar de ser considerado un caso excéntrico, nadie se lo impidió y se le daba bastante bien.

Hoy en día, en un mundo urbano como en el que vivimos muchas de nosotras, todavía hay tareas más compatibles con la maternidad, la exterogestación y la lactancia que otros. Por ejemplo: una mujer cartera o una mujer autoempleada en su propia tienda podrían realizar su trabajo junto a su bebé. Sin embargo, podría ser bastante peligroso que una neurocirujana se llevara a su hijo a una operación y sería más conveniente que durante ese proceso otra persona cuidara de su hijo.

España, 1966.
Fotografía: Eve Arnold
http://www.eticamente.net/31489/foto-antiche-donne-allattamento.html
Alicia Puleo también arremete en el minuto 14.42 contra la revista The Ecologist, en concreto contra su número 48 titulado "La R-evolución calostral ha empezado", título que le parece bastante cómico a la audiencia de la charla, según podemos escuchar por sus risas en el video. Todavía me pregunto qué tiene de cómica la palabra "Calostral". Pareciera más bien la típica risa de adolescente reprimido cuando alguien le habla de genitales o sexo. ¿Nos da vergüenza hablar de calostro a estas alturas? Una muestra más de puritanismo y castidad feminista cuando se trata de hablar de maternidad. ¿Cómo alguien puede decir que es feminista riéndose de uno de los líquidos más valiosos y preciados que produce el cuerpo femenino? ¿Cómo podemos hablar de "ética del cuidado" sin sonrojarnos después de escuchar esas risitas? El calostro forma parte de la cultura del cuidado, del cuerpo de la mujer y, de forma simbiótica, de los bebés afortunados que lo toman. Quien se ríe de los fluidos varios del cuerpo de una mujer no es más que un misógino. Nos encontramos una vez más ante una muestra moderna y feminista del famoso tabú antropológico del calostro. ¡Vergonzoso en pleno siglo XXI!

No seré yo quien defienda de forma íntegra ese número concreto de la revista The Ecologist y su visión de lo "natural" y lo "tecnológico", conceptos harto complejos y problemáticos, pero de ningún modo puedo negar que nuestros cuerpos son humanos y pertenecen al género animal mamífero (hasta que se demuestre lo contrario). Negar eso es vivir e inventarse un mundo paralelo ajeno completamente a la biología, quizás más cercano al mundo de los espectros, los espíritus del purgatorio, los ángeles o los robots (estos al menos tienen átomos y están fabricados de algún material concreto). Quizás alguien debería comenzar a invitar a un óvulo y un endometrio humanos a realizar un Máster de Género en alguna universidad estatal para enseñarles cómo se deberían de comportar. Negar la biología es ideológico. Negar la cultura también. Somos seres bioculturales.

Dice Alicia Puleo sobre el minuto 14.42 algo así como "El monográfico se llamaba la R-Evolución Calostral* (risas) y llegaba a plantear cuestiones como que las mujeres hemos accedido a la universidad, nos hemos llenado de títulos olvidando nuestras funciones naturales. O que las mujeres estábamos sometidas, reprimidas en nuestro destino natural que era el de dar a luz. Me suena ese argumento". No sé exactamente de qué artículo está hablando (tengo la revista sobre mi mesa) pero que la maternidad está siendo retrasada por los estudios universitarios y el trabajo (tal y como los conocemos hoy en día) es un hecho asumido, estudiado y defendido por instituciones como el Club de Roma y denunciado por feministas como Rebecca Walker. Por supuesto, podríamos perfectamente ir embarazadas y lactando a la universidad y al trabajo y romper ese tabú, pero esa es una revolución que todavía nos queda por hacer, la de incorporar a los niños a la vida social fuera de la reclusión de las guarderías.

La maternidad está siendo fuertemente atacada y manipulada por todos los frentes en el mundo actual y en nuestro país de forma concreta. Está siendo reprimida por condicionantes externos y autoreprimida por nosotras mismas (quizás una de las manifestaciones más obvias y cuantificables es el crecimiento cada año del número de mujeres y parejas heterosexuales que recurren a tratamientos de reproducción asistida por haber retrasado la maternidad). Esta represión y manipulación de mentes y cuerpos maternales y no maternales viene de antaño. El régimen franquista hizo una gran labor de ingeniería social en el campo de la maternidad. El régimen postfranquista en el que vivimos sigue atacando y boicoteando el parto, la lactancia, la maternidad y, no lo olvidemos, la paternidad. Si acaso más esta última, privando y prohibiendo a millones de hombres soñar en ser padres (una responsabilidad inasumible según la ideología del hedonismo consumista imperante) y, si lo son, cuidar a sus hijos o, simplemente, compartir con ellos más de unos pocos momentos diarios, el que puede. Lo peor no es que se ataque la maternidad/paternidad, si nos quedáramos ahí volveríamos al pensamiento victimista de siempre. Lo peor es que lo hayamos aceptado con total resignación o normalidad.

El cuadro "Los deberes desagradables del padre" (Unangenehme Vaterpflichten) de Adriaen Brouwer (aprox. 1605/1606–1638). Independientemente de que se considere una tarea desagradable o no, aquí se ve a un padre preindustrial cuidando de su hijo, concretamente, limpiándole el culo. ¡Y era considerado un deber! Un cuadro para la reflexión sobre la paternidad.
Sobre el minuto 18.06, Alicia Puleo habla de cómo afecta a la salud de las mujeres el problema medioambiental y la contaminación. De este tema he hablado ya en multitud de artículos en este blog así que no me voy a extender (algunos posts se pueden leer aquí, aquí y aquí). Repetiré una vez más, como una voz en el desierto ecofeminista, que en la vida los problemas no solamente vienen de las actuaciones de otros (los malvados capitalistas contaminantes) sino también de las decisiones que tomamos (habitos de vida). Y esas decisiones se ven influenciadas a su vez por la cultura. Y la cultura, en sociedades como la nuestra, se ven influenciadas por decisiones biopolíticas más que por la tradición o, mejor aún, nuevas tradiciones son creadas y recreadas ad hoc.

El aumento alarmante del cáncer de mama en nuestras sociedades está íntimamente relacionado con la no maternidad, la maternidad tardía y la falta de amamantamiento. Además de la contaminación hay tres elementos de nuestra sociedad que están teniendo un impacto severo en nuestra salud, desde un punto de vista evolutivo: comemos más de lo que necesitamos, no ejercitamos nuestro cuerpo como nuestro cuerpo humano necesitaría, y nos reproducimos/amamantamos nada, poco y tarde. Estos tres elementos están relacionados íntimamente con nuestra fertilidad, con la llegada de nuestra primera regla y con el número de ciclos menstruales ovulatorios que tendremos durante toda la vida. Son elementos interconectados y bioculturales. Negar la evidencia científica en este aspecto y seguir culpando como ÚNICO factor a la contaminación ambiental de absolutamente TODO es una irresponsabilidad. La contaminación está ahí y es fruto de la industrialización. Pero la industrialización contamina también nuestras vidas de otras formas además de con tóxicos químicos.

¿Por qué Alicia Puleo no puede admitir y ni siquiera investigar estos factores influyentes en los cánceres femeninos? Porque son políticamente incorrectos frente al feminismo en el que ella se enmarca. Como no cuadran con su ideología, los obvia. Hablar de contaminación ambiental es muchísimo más correcto. ¡A nadie le parece mal y todo el mundo puede seguir en su zona de comfort intelectual! Pero ocurre que a veces la verdad duele y es incómoda. Y entonces tenemos que matizar nuestras ideas previas y, realmente, después nos damos cuenta que tampoco pasa absolutamente nada por rectificar de vez en cuando. Una mujer puede seguir decidiendo libremente no querer ser madre asumiendo los costes para su salud física-mental (los costes mentales son mucho más políticamente incorrectos así que los dejamos para otro post) de no serlo. Esa es la libertad consciente y responsable. ¿A qué tenemos miedo?

Entiendo que sí tengan miedo los que se benefician de las ideologías que reprimen la maternidad, la paternidad, la crianza, la amistad, el amor y la vecindad, los beneficiarios principales de que toda la energía vital de cuidados, amor y pensamiento que no brindamos a nuestros seres queridos sea dirigida hacia la producción de basura material e intelectual, hacia la guerra por los recursos del planeta y los recursos de la vida.

También es extremadamente incorrecto hablar de relación simbiótica madre-bebé pero es real, tanto en madres que dan el pecho (y una muestra es que la succión del bebé es sana para el cuerpo de la madre, siendo capaz de prolongar la amenorrea de la lactancia y los ciclos menstruantes anovulatorios durante meses o años), como en las que no lo dan porque no han podido pero sienten esa fusión emocional y de contacto físico. Madre y bebé se necesitan y cuidan mutuamente de formas diferentes y no equivalentes.

Alicia Puleo habla en otro momento de "ecofeminismo crítico" con derechos sexuales y reproductivos. ¿Quién defiende los derechos sexuales y reproductivos de quien no puede reproducirse porque ni siquiera hay espacios ni recursos propios para conocer a una futura pareja (y las páginas de contactos de internet son la prueba del desencuentro social y erótico en el que nos encontramos) y no hay ni tiempo ni redes sociales necesarias para criar seres humanos sanos?

En referencia a la no maternidad de las sociedades tradicionales también podemos aprender mucho, sin necesidad de idealizarlas. Por ejemplo, en casi todas las sociedades preindustriales se han conocido y se han utilizado plantas con principios activos que inhiben la ovulación o la implantación de óvulos fecundados, es decir, abortivos tempranos. Hoy la ciencia ha corroborado que esas plantas funcionan y el libro "Eve's herbs. History of Anticonception and Abortion in the West" aporta bastante información al respecto. Sin embargo, el feminismo mayoritario, en lugar de recuperar ese saber perdido, se dedica a denunciar que el Estado legisla en algo que en otras épocas y otros lugares hubiera sido simplemente imposible de regular, porque los principios activos se encontraban accesibles en la propia Naturaleza, se conocían sus efectos y también sus riesgos tóxicos y efectos secundarios. Una mujer del mundo preindustrial no pedía permiso al poder para no ser madre ni para serlo. Y, a pesar de ello, la maternidad y los hijos eran algo valioso e importante, porque los seres humanos no eran considerados como un mero gasto inoperante, pasivo y consumista de recursos. Los niños y los viejos tenían un papel activo, aportaban algo vital a la comunidad y tenían su función. Hoy en día los niños son inversiones, hobbys, lujos, incordios para poder realizarse como persona y "trabajar". Por eso, aunque la información anticonceptiva y de abortivos tempranos o era conocida en el pasado o se sabía dónde buscarla si no se conocía de primera mano, es probable que a mucha gente ni siquiera le interesara el tema, porque en términos generales tener hijos era considerado algo positivo. Como todo en la historia de la humanidad, el control de la natalidad ha tenido sus propios ciclos, idas y venidas.

"Una matica de ruda" (gracias a Rosa Zaragoza por hablarnos de esta canción sefardita del siglo XII):

- "Una matica de ruda
una matica de flor
me la dio un mancebico
que de mí se enamoró.
- Hija mía la mi querida
no te eches a perdición,
más vale un mal marido
que mejor un nuevo amor.
- Mal marido la mi madre
no hay más maldición,
amor nuevo la mi madre
la manzana y el limón".




Como Alicia Puleo, yo tampoco creo que haya que idealizar ni el pasado ni las sociedades presentes cazadoras-recolectoras. De hecho, considero que la ética de la vida, la bioética que ella tanto desprecia ("no vamos a utilizar el concepto de santidad de la vida") como elemento represor en potencia de la vida de las mujeres adultas en edad "cotizante" (nunca se tiene en cuenta ni a las niñas ni a las ancianas) es de vital importancia en el momento presente. Por eso, aunque en casi todas las culturas haya existido el aborto (o incluso el infanticidio) no por ello habría que reivindicarlo (incluso como acto "empoderante") en la sociedad actual de forma automática. Yo encuentro totalmente compatible reivindicar la legalidad del aborto con admitir los componentes bioéticos que implica a día de hoy. Por ejemplo, la idea de aborto y embarazo no era la misma hace mil años (de nuevo, me remito al libro del historiador John Riddle) que en la era de la ecografía, en la que puedes escuchar el latido de un feto de 8 semanas latir en tu propio vientre o ver cómo es cuando tiene 12 semanas.

Ahora que parece que nos encontramos en un momento cumbre, un momento de cambio de civilización dentro de lo que ha sido la historia de la industrialización (algunos hablan de fin del petróleo barato, de "pico de petróleo" y demás...) no sería extraño que volvieran también prácticas que ahora consideramos censurables. Me estoy refiriendo, por ejemplo, al campo de la explotación animal como sustituto del los recursos energéticos fósiles. ¿Acaso es posible un mundo postindustrial sin petróleo que no utilice a los animales como fuerza de trabajo? Yo no lo sé, está por ver. En el pasado, el coche sustituyó al caballo y el tractor al buey. No tengo las respuestas a estas cuestiones pero creo que hay que asumirlas con valentía y reconocer sus implicaciones existenciales y éticas.

"El ecofeminismo crítico es constructivista. Tenemos que luchar contra los estereotipos de género porque son perjudiciales para las mujeres y perjudiciales para la Naturaleza. Con esto nos diferenciamos de ecofeminismos clásicos que sostuvieron el caracter biológico de las identidades de género. Si ignoramos el papel de la cultura en las identidades entonces nos condenamos al conformismo. Si es biológico no tienes elección. Las identidades de género eran constructos que es posible transformar". 

Este fragmento ilustra a la perfección la proyección de la ideología sobre la realidad. Como me viene bien para mis objetivos pensar X, lo afirmo sin importarme si es así o no. Lo importante es que si algo es biológico "no tienes elección" y como se supone que debemos tener elección para transformar todas las cosas (el mito del progreso industrial por excelencia) niego todo lo que sea biológico. ¿Y si los roles sexuales o la división sexual de las tareas tuvieran más un interés práctico o de adaptación al medio ecológico que algo ideológico? Esto no entra en contradicción con que posteriormente esas divisiones prácticas acaben, a lo largo del tiempo, teniendo un componente jerárquico o dominante que termine convirtiéndose en una realidad opresora.

 Por otro lado, que algo se pueda transformar no quiere decir que haya que transformarlo o reprogramarlo por necesidad. Es decir, no hay por qué sustituir la cultura por la biopolítica, sustituir la integración en una cultura existente por el adoctrinamiento desde las instituciones. Una mujer de una sociedad tradicional puede estar "programada" por su cultura. Una mujer de la sociedad actual está reprogramada desde las instituciones estatales y capitalistas de poder, entre las que hoy en día podemos citar a todas las organizaciones subvencionadas o patrocinadas (entre las que se encuentra desde la Iglesia al feminismo). Estoy deseando conocer un proyecto feminista que no esté financiado por el Estado ni el Capital y que cumpla otro requisito fundamental: no reproducir de forma automática y acrítica el pensamiento del feminismo subvencionado.

La intervención de Alicia Puleo termina con un canto a la ayuda mutua entre el feminismo y el ecologismo. El feminismo y el ecologismo de estado pueden ayudarse mutuamente pero jamás podrán aproximarse a la realidad, porque sus estudios y luchas están condicionados por lo que el Estado o el Capital consideran subvencionable o no subvencionable, dependiendo de lo que más le interese en cada momento.

Para finalizar me gustaría mencionar las poquitas cosas con las que estoy de acuerdo con Alicia Puleo:

- Ninguna cultura es "perfecta", todas tienen algo que dar y algo de lo que aprender.
- Hay que universalizar la cultura del cuidado (yo añado, desde los iguales y no desde "arriba" a base de institucionalizar los cuidados para liberar a no se sabe quien).
- Las mujeres y los hombres somos parte de la Naturaleza.

Como siempre, pido disculpas por las posibles equivocaciones de análisis que pueda tener el texto y estoy abierta a dialogar, reflexionar, matizar o retirar cualquiera de mis afirmaciones si se demuestran erradas.

* Sobre el origen de la expresión "revolución calostral" Ester Massó Guijarro explica: "El concepto de revolución calostral del obstetra Michel Odent (2007) explica esta vertiente. Odent ha descrito cómo el tabú del calostro se hallaba presente en multitud de culturas, que vetaban de diversas maneras la toma del calostro por parte del neonato durante los primeros días. Esta privación está relacionada con la maximización del potencial de agresividad en las personas, lo que suponía una ventaja desde el punto de vista de la selección (Odent 2007: 96ss). Frente a ello, la no perturbación de la relación entre madre y recién nacido supone una revolución contracultural, en la que los recién nacidos experimentan una seguridad básica (en permanente contacto con sus madres) que influirá de modo crucial en su salud emocional: “La revolución calostral es una etapa que obligatoriamente hay que pasar en el camino hacia la convergencia entre instinto y ciencia. Entre el cerebro primitivo y el neocórtex” (ibíd.: 99)." 

Se puede leer el capítulo "Calostro y Civilización" del libro "El bebé es un mamífero" escrito por Michel Odent aquí: http://es.scribd.com/doc/49186767/CalostroyCivilizacion