viernes, 20 de diciembre de 2013
Reflexiones en voz alta y blog abierto...
No
hay nada más terrible que ser un esclavo que se cree libre, gritar e
implorar los propios grilletes y perder la libertad de conciencia hasta
el punto de creerse el mayor de los revolucionarios por pedir o luchar
por lo que el poder quiere que luches. En este contexto, la libertad de
decidir queda anulada, ya que el sujeto termina "deseando" lo que otros
quieren que desee. Cuando se toma alguna decisión
importante es interesante preguntarse a una misma estas preguntas...
¿Lo deseo realmente? ¿O son las circunstancias sociales, el
adoctrinamiento (incluso el de tu propio activismo) o la publicidad las
que me impiden desear otra cosa y, como no es posible, me justifico con
mentiras piadosas? No es mi intención debatir aquí sobre esto,
simplemente lo dejo ahí..
Etiquetas:
libertad de conciencia,
libertad de decidir,
pensamiento
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